¿Saben qué sucede? pues que esto es Valladolid y ya hace frío.
Odio el frío. El frío es estúpido. El frío te cala hasta los huesos y no te puedes deshacer de él. El frío, cuando llega, te acompaña durante meses. El frío hace que duelan las manos al montar en bicicleta. El frío hace tiritar. El frío hace que duelan las orejas. El frío hace que a las más hermosas damas les de por moquear a través de respingonas naricillas. El frío amarga el carácter y el espíritu, te hace ser peor persona y, en ocasiones, un ser humano despreciable.
En Valladolid pasamos muchísimo frío.
Es lo que hay.
Y enfrascado en estos profundos pensamientos me hallaba yo esta mañana cuando aún no había salido el sol y los coches estaban cubiertos de la primera capa de hielo del otoño paseando con mi perro -de curioso nombre e indómito carácter- por el Barrio Girón. De Valladolid.
Usted, mi fiel y, en cierta medida, masoquista lector, ya conoce a grandes rasgos la esencia de este singular barrio. En el anterior post hablábamos de él, de su estructura y su historia. Pero no dijimos casi nada del tipo de vivienda que lo conforma.
Habíamos visto que eran viviendas unifamiliares adosadas formando manzanas y cada una de ellas con un patio individual.
El Barrio Girón fue un barrio privilegiado con una superficie por vivienda muy por encima de lo que era habitual en la época como puede comprobarse en actuaciones posteriores como el barrio de San Pedro Regalado.
Las viviendas poseen una superficie de entre 60 metros cuadrados las de planta baja a 80 e incluso 100 las tipologías de dos plantas, habiendo piezas singulares con superficies aún mayores. Las parcelas varían notablemente de unas a otras, en especial en los casos en las que se usaban para resolver las irregularidades del terreno pero podemos hablar de una parcela media entre los 175 y 200 m2.
En el patio eran habituales las construcciones destinadas a la cría de animales como gallinas o conejos así como la existencia de una huerta y árboles frutales. Hoy en día este lugar se ha convertido en un espacio de relax y esparcimiento o ampliación de la vivienda si bien en su origen no había cabida para este tipo de lujos y todo se destinaba a la eficiencia y al desahogo económico para las familias que suponía esta capacidad de autoabastecimiento.
En Girón hay 740 viviendas y 16 tipologías distintas agrupadas de la siguiente manera: viviendas en una planta (1 tipo) viviendas en dos plantas ( 13 tipos) y viviendas de tres plantas (2 tipos).
El sistema constructivo se basaba en muros de carga de una hoja cerámica de (atención redactores de códigos técnicos y calculistas varios) ladrillo de hueco sencillo de 4 (cuatro) centímetros de espesor sobre las que descansaban bóvedas catalanas. Este sistema generaba una distribución en cubos maclados.
Los materiales para unas viviendas sociales construidas en la década de los 50 no podían sobresalir por su calidad. La solera descansaba directamente sobre un ligero encachado de grava y la cimentación, en caso de existir, era mínima, haciendo la solera (de hormigón en masa pobre en cemento y espesor mínimo, naturalmente), las veces de losa de cimentación para los muros. Era un sistema constructivo basado puramente en la geometría: espesores finísimos en una construcción extremadamente ligera que, 60 años después, ha demostrado que funcionaba magníficamente bien siempre que la casa haya sido habitada. Actualmente se pueden ver viviendas en las que no se ha cambiado la cubierta de teja cerámica sobre tablero y tabique palomero que no presentan ningún tipo de humedades.
Obvia decir que el aislamiento de dichas viviendas era inexistente. La hoja externa de la fachada (que es de carga) se trasdosa al interior dejando una cámara de aire de 6 centímetros con una hoja de ladrillo panderete de unos 2 centímetros de espesor.
Los pavimentos en origen eran de baldosa hidráulica hexagonal. Las carpinterías, de madera con delgadísimos vidrios. Todo el barrio lucía unas hermosas fachadas blancas con cubierta de teja cerámica aunque hoy en día hay quien ha decidido que es mejor pintar su fachada de, por ejemplo, color-mostaza-por-que-yo-lo-valgo. Es Valladolid. Es lo que hay.
¿Sistemas de calefacción? una manta de lana y calor humano: recuerden que hablamos de vivienda social de los años 50… ¡con el frío que hace por aquí!
Son varios los proyectos actuales en los que se han realizado magníficas intervenciones tanto de restauración y modificación de la vivienda original como de obra nueva. El Barrio cuenta con una cierta protección que no permite variar la tipología de las viviendas existentes y en la que se recomienda no alterar la estructura abovedada.
Es una lástima que no se conserve ninguna vivienda tal y como fueron en origen puesto que sería una magnífica lección de arquitectura realizada en un tiempo de crisis en el que la falta de presupuesto, de materiales y de mano de obra cualificada se suplió con lo que hoy en día llamaríamos pomposamente I+D+I. Estudiando el problema, investigando soluciones óptimas, desarrollando sistemas eficaces y sostenibles en un escenario adverso. Supliendo esa falta de medios con diseño, imaginación y conocimiento.
El Barrio Girón representa la vía que seguramente debimos seguir en este país. Lamentablemente nos hicimos nuevos ricos y comenzamos a quemar billetes, a hinchar burbujas, a corrompernos, a escupir en la cara de la Arquitectura y el urbanismo. A derribar cascos históricos y macizar el litoral. A construir aeropuertos, ciudades de la ciencia o de la cultura que más bien son cementerios. Cambiamos la investigación por la especulación, la sostenibilidad por el todo vale, el desarrollo por el enriquecimiento.
Y así nos luce el pelo.
Es lo que hay.
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En muchas ocasiones una mala intervención -sin la asesoría de un técnico, que es un ser del averno que además quiere cobrar dinero por sus servicios- inyectando aislamiento en la cámara de aire ha provocado humedades y condensaciones de muy difícil solución.
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Hay veces que podemos ver las cosas con cierta perspectiva y alegrarnos de que no haya habido dinero para esto. Viendo lo bien que funciona el parque tal cual está ahora alguien debería replantearse que quizás la cuestión no es gastar muchísimo dinero si no gastar bien el que hay.
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Curiosidad para los más frikis sacado de la página de la Asociación de Vecinos de Girón.
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Mucho me ha gustado, sí señor. Es jodido el frío, y encantador el barrio Girón.
Gracias por el comentario, Isabel… has hecho un resumen magnífico del post 😉
La polémica está servida… tal vez no arquitectónica pero sí ligada a la identidad.
http://www.elnortedecastilla.es/20140214/local/valladolid/giron-piensa-cambio-nombre-201402141231.html
Voto por poner un nombre chulo que nos patrocine tipo Barrio Qatar foundation, Barrio Google o Barrio de las zapatillas de Portillo… Basta de sentimentalismos y vamos a lo que de verdad importa: la pasta.
Y mientras, los vecinos, a vivir del cuento o a hincharnos de zapatillas.
¿Barrio Google? Mmmh… lo veo.
Lo malo es que luego llegarían los del Barrio Apple y tendríamos que labrarnos una rivalidad ancestral.