Los caminos del Señor son inexcrutables.
Si, vale, pero más inexcrutable es lo que a mi me lleva a escribir un post. Curiosidades de la vida.
Verán, he de confesarles que el primer libro de verdad que leí de manera voluntaria cuando era un inocente infante fue La Máquina de Follar de Charles Bukowski. Antes había sido obligado en el colegio a leer cosas como Alicia en el País de las Maravillas, Las Leyendas de Bécquer , El Lazarillo de Tormes, Os vellos non deben namorarse de Castelao o el Follas Novas de Rosalía. Que están muy bien, pero en ellos no sale Chinaski.