Casi nunca sabemos cuándo esta vez será la última vez y he de confesar que eso es uno de los grandes asuntos que preocupan a mi torturada mente. ¿Podría ser éste el último post de Luz10? Es posible, pero no se hagan muchas ilusiones, al final soy de los que vuelven a volver.
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Siniestro Total
El 27 de Diciembre de 1981 quien les escribe contaba con la enternecedora edad de 5 añitos recién cumplidos y vivía en A Coruña. Mientras tanto, en Vigo, un alocado e irreverente grupo daba su primer concierto.
Hoy ya cuento con cuatro décadas más sobre mis espaldas y durante estos últimos 40 años mi línea espaciotemporal se ha ido cruzando con la de ese grupo vigués que destrozó un Renault 12 familiar contra una roca una etílica noche de agosto.
la vida es juego
Javier Maderuelo ha sido uno de los mejores profesores que he tenido. Con su bigote compacto en clara contraposición a su cabeza afeitada, su pajarita, su impecable traje y su voz engolada con un leve deje madrileño. Todos los años, el primer día de la clase de Estética y Composición -que se daba en segundo de arquitectura, plan 75-, preguntaba a algún pobre desdichado: «¿Qué es arte?». Las respuestas eran descacharrantes, naturalmente, lo que llenaba de regocijo a aquel hombre que llevaba un anillo con forma de enorme nota musical.
Poco después nos enseñó que, además de que arte es lo que los críticos dicen que es arte, el arte puede entenderse y explicarse como juego.
Como la vida misma.
La vida es sueño
Les voy a contar una cosa. Desde hace años tengo la costumbre de dormir casi a diario. Reconozco que desde el lejano 1994, año en el que me matriculé en la bizarra e indómita Escuela de Arquitectura de Valladolid, las horas que le he dedicado a este vicio han sido muchas menos de las que se suponen mínimas para mantener un estado mental sin grandes alteraciones irreversibles.
A pesar de todo, en ocasiones, al terminar el día, pienso en dormir; tal vez soñar.
Y sueño.
diario de un perro verde (xi)
Kitty Pryde es una mutante capaz de variar la densidad de su cuerpo a voluntad; lo que le permite atravesar objetos, volverse intangible. Este fenómeno se denominó entrar en fase y no se crean que era moco de pavo: pese a su diminuto cuerpecito, la hija de Chris Claremont y John Byrne fue pareja de Piotr Rasputin, Coloso, el gigante de acero.
Read Morediario de un perro verde (x)
Petricor es como se denomina a ese mágico olor producido por la lluvia al caer sobre el suelo seco. Es mucho más poético llamarlo olor a tierra mojada aunque en ese caso no seríamos lo suficientemente precisos pues cuando llueve sobre mojado no se produce ese dulce olor a paz, a calma y a victoria.
Como en la vida misma, vaya. Estaba siendo una primavera lluviosa.
diario de un perro verde (ix)
Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes… Despertarse a las seis de la mañana. Desayunar. Hacer ejercicio. Trabajar. Atender al niño. Trabajar. El cole en casa. Trabajar. Hacer la comida. Quizás volver a hacer algo de ejercicio. Trabajar. Pasear con el niño. Intentar trabajar. Hacer la cena. Leer o intentar leer. Dormir, tal vez soñar.
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Lorem ipsum dolor sit amet es un texto que se usa de relleno desde hace siglos para maquetar publicaciones y que, en realidad, no significa nada. Parece que sí, pero no es más que un montón de palabras que sólo aparentemente podrían llegar a tener un sentido. Un sentido que algunos, incluso, han intentado encontrar antes de caer en la locura. Simple relleno de nada, enchido de vacío. ¿Y si las cosas, a veces, no son lo que parecen?
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Hablaba Roy Batt de lo etéreo, de la vida y de momentos que se pierden en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Sé que soy poco original pero siempre me pareció memorable esa analogía, por certera y por lluviosa.
¿Saben? hubo un momento en el que un país entero aplaudía al alimón a las 20:00.
diario de un perro verde (vi)
Está siendo ésta una primavera especialmente lluviosa. Por algún motivo el que llueva es algo que no deja de hechizarme. Desde pequeño cuando pasé incontables días bajo el cielo gris y plomizo de una Galicia que regalaba ese arte con pasmosa frecuencia hasta que llegó la meseta y el secano. Fue entonces cuando la atracción se convirtió en fascinación.
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