Hace unos días hablando con un arquitecto fino, sensible, de los buenos; en un momento dado citó a Tadao Ando: «La arquitectura sólo se considera completa con la intervención del ser humano que la experimenta.»
Pensé en ello brevemente. Curiosamente, pocas veces he experimentado más y mejor la arquitectura que en una obra no acabada, en una obra sin ser humano, en una obra que ni siquiera es una obra. Es decir, en la no arquitectura. Hoy les hablaré, naturalmente, de Garray, Soria. Y de cúpulas.