Señor, ilumina mi corazón
Señor, perdona a este pecador
Señor, yo creo en la resurrecciónAleluya
Señor, ilumina mi corazón
Llevo desde mi más tierna infancia escuchando a Siniestro Total. Sin duda, una de las grandes ventajas de ser medio gallego de adopción.
En 1984 -si, hace treinta años, ¿qué pasa?- publicaban uno de sus títulos más señeros: Menos Mal que nos queda Portugal. Un disco iniciático que debería incluirse en los satélites que los EEUU mandan a los confines del universo y ser enseñado a las futuras generaciones, entre otras cosas, para que mediten sobre su galleguísima pista número 13.
Pero hoy me inspiró la canción cuya letra he reproducido en el inicio de este post. Y es que el Señor iluminó mi corazón.
Con la lámpara Prototipos de Don Jose Antonio Coderch, diseñada allá por 1957.
Es muy complicado encontrar un arquitecto más fino, sensible y perfeccionista. Coderch tenía especial interés por la luz. Tanto por el control solar, como buen arquitecto del Mediterráneo, como por la iluminación artificial cuando en lugar de protegerse del sol había que generar luz.
Este arquitecto estaba tremendamente influido por la obra de sus homólogos finlandeses a quienes admiraba tanto a nivel individual como colectivo.
la contemplación de los arquitectos finlandeses me han servido como consuelo y de esperanza
Coderch. Nórdico de Barcelona.
La lámpara, también llamada lámpara Coderch o Disa consta de 12 láminas de pino Oregón dispuestas en dos capas. Posteriormente se hizo una versión con láminas de metacrilato blanco pero con ello no se conseguía la misma calidad de luz y, además, se rompían -se rompen- tanto o más que las de madera. Y eso quiere decir que se rompían -se rompen- muchísimo. Durante años las láminas de madera presentaban un acabado artesanal. Y pongo esto en cursiva porque lo que quiero decir es que presentaban un acabado absolutamente chapucero: en los extremos, la lámina de 0,7 mm se reforzaba con una pequeña tira del mismo material de 1 mm de espesor, pues lo normal era ver restos de cola de contacto en este punto. Como apuntábamos, lo normal también era que las láminas se rajasen ya que se fijan a los aros superior e inferior mediante dos pequeños agujeros que encajan en los salientes de las piezas extremas estando así sometidos a unos esfuerzos excesivos para el sentido de la veta de la madera.
Al parecer en la última revisión el fabricante ha empleado mejores materiales y acabados. Lo cierto es que la calidad de fabricación anterior no era de recibo para el precio que tiene.
Las láminas son de dos tamaños y presentan la misma geometría heredada de cortar la superficie de una esfera siguiendo los meridianos. Dichas láminas se fijan a dos soportes circulares fabricados hasta hace poco de plástico siendo metálicos en la actualidad. Estas piezas se separan mediante tres varillas también metálicas que hacen que la madera adquiera una volumetría de esfera achatada.
El montaje de los elementos es muy sencillo e intuitivo: todo se hace encajando unas piezas en otras.
De esta manera se crea un espacio intermedio entre ellas que da espacialidad a la lámpara y que hace que las lamas adquieran una distinta tonalidad, siendo más claras las pequeñas, más próximas a la bombilla y más rojizas las exteriores que reciben la luz matizada por las primeras. En el modelo actual la tradicional bombilla incandescente se ha sustituído por leds.
Tengo que reconocer que a pesar de las infinitas bondades de este tipo de fuente de luz, a una lámpara como la Prototipos, el que su fuente luminosa sea un filamento incandescente es algo que le es mucho más propio -llámenme romántico-. Pero los tiempos avanzan que es una barbaridad y, además, así el fabricante puede justificar en parte el disparatado precio de tan precioso objeto.
Esta lámpara, como casi todas las grandes lámparas de la historia de la humanidad (PH5, Artichoke y todas las nórdicas en general) no sirve para dar luz. Como decía el autor lo que se buscaba -y se logró- era generar luz ambiente. Cálida e íntima. Como la que genera el fuego en su chimenea Capilla -no se alarmen, seguramente también le dediquemos un post-. Por tanto, en mi opinión, cada vez que alguien usa la Disa para iluminar una mesa de comedor Dios -quien, recuerden, es cruel y vengativo- mata a un gatito en algún lugar del mundo.
E l problema esencial para nosotros era el proyecto de una lámpara de luz ambiente. Una vez realizada, se vio que la luz que producía daba intimidad y se parecía a la del fuego de una chimenea.
Jose Antonio Coderch. Muy arquitecto.
La lámpara se ilumina maravillosamente bien a sí misma. Las lamas ocultan la fuente luminosa pero dejan pasar su luz a través de ellas y entre ellas. Se generan unos juegos espaciales en la propia lámpara que se expanden a la habitación. Su levedad y delicadeza extrema, su materialidad, su sencillez de construcción y su tremenda complejidad conceptual… hacen que, posiblemente, sea la lámpara más hermosa jamás diseñada.
Coderch concibió esta lámpara como una metáfora de su arquitectura. Se la envió a colegas y artistas a quienes admiraba para que le dieran su opinión.
Al venir desmontada en una caja, el montaje de la misma implicaba a quien la recibía en el proceso de construcción y le hacía comprender la lógica del diseño. Una vez que la encendían por primera vez la magia que una simple bombilla y unas chapas de madera eran capaces de producir explicaban de manera poética la transformación de un objeto en un espacio complejo y lleno de matices. Picasso dijo que era la lámpara moderna más bella que había visto y envió a Jose Antonio una postal con un dibujo de la misma en agradecimiento.
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ACTUALIZACION: A raíz de este post se puso en contacto con luz10 la empresa TUNDS quienes fabrican y comercializan la Disa en la actualidad poniendo a nuestra disposición imágenes en alta calidad e información tanto de la Disa como de la Cister, modelo que actualmente también tienen en producción, lo que les agradecemos infinitamente.
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La lámpara Disa obtuvo el premio Delta de Oro ADI/FAD en 1962 y dos años después, en 1964, el Premio Nacional de Diseño de la República Argentina.
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Coderch además de ser un grandioso arquitecto era un consumado fotógrafo. Sin duda un maestro manejando la luz en el sentido más amplio del término.
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Hasta hace pocos años -cuando fabricaba MLB Coderch- era la propia hermana de Coderch, Mercedes, una venerable anciana, junto con su hija la que se encargaba de la producción y distribución de la lámpara. Hoy en día lo hace la empresa Tunds.
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Gracias al estudio que Elias Torres ha hecho sobre Coderch sabemos que el maestro se inspiró en trajes de Balenciaga, en la guardia Suiza del Vaticano o en un turbante para llegar al diseño de la lámpara.
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Como todo buen diseño, el de esta lámpara 62 años depués de ser ideada, sigue plenamente vigente y actual.
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En este caso las fotografías no son obra del autor del blog si no que se han recopilado de la red. En caso de que los autores quieran aportar sus datos, estaré encantado de actualizar el contenido.
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Compartan el contenido, no me sean tímidos, hombre. Si lo hacen, El Dios bondadoso indultará a un gatito y restablecerán el equilibrio cósmico.
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Un texto original de su fiel y seguro servidor © Pedro Iván Ramos Martín
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Completamente de acuerdo con Picasso «es la lámpara moderna más bella que he visto».
Muuuuy interesante, gracias Pedro
Gracias por leer, los lectores sois lo más valioso de un blog.
muchas gracias Pedro, la recopilación de información es genial
Gracias a ti por leer, Sara. Espero que con el tiempo, poco a poco esto se vaya convirtiendo en un cajón de sastre de cosas no demasiado útiles pero, al menos, curiosas o interesantes.