Llamaron a la puerta y ella la abrió. Pasaron. Él me miró y, señalándome, dijo: «así que es a éste al que tenemos que llevar».
Así es como le conocí un veinte de febrero de mil novecientos noventa y ocho, pasada la media tarde.
Llamaron a la puerta y ella la abrió. Pasaron. Él me miró y, señalándome, dijo: «así que es a éste al que tenemos que llevar».
Así es como le conocí un veinte de febrero de mil novecientos noventa y ocho, pasada la media tarde.