El pasado jueves, 15 de junio, pasadas las siete de la tarde, en Valladolid, el termómetro pasaba de los 35 grados.
La galería de arte La Gran (Claudio Moyano 16, 2º, para los despistados) era un hervidero donde una muchedumbre entre la que se encontraba lo más granado de la zona esperaba ansiosa la inauguración de la expo Continuo Contraste.
O eso me pareció a mí.