Jose María Sanz Beltrán tuvo a bien venir al mundo en 1960, en el barcelonés barrio del Clot. No tardó mucho en empezar a cantar y destilar una entrañable mezcla de clase y chulería.
En 1994 yo aún no lo sabía, pero se estaba fraguando que Loquillo le pusiese banda sonora a mi vida.