Me van a permitir que me ponga serio.
Esta entrada la publico el día y a la hora que deberían ser -que son- los más vergonzantes para el género llamado humano: el seis de agosto a las ocho y cuarto de la mañana.
Un día y una hora que todos deberíamos conocer y que ninguno jamás deberíamos olvidar porque -aunque en otro uso horario- justo ahora hace 69 años de la más atroz de las decisiones jamás tomadas en la historia de la humanidad: lanzar la bomba atómica sobre Hiroshima.
En lo que usted tarda en leer esta frase los Estados Unidos mataron a 80.000 personas inocentes. En lo que tardaría en leer este blog ya habrían muerto 140.000. Hoy los efectos continúan.