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Seis de Agosto. ocho horas, quince minutos.

Me van a permitir que me ponga serio.

Esta entrada la publico el día y a la hora que deberían ser -que son- los más vergonzantes para el género llamado humano: el seis de agosto a las ocho y cuarto de la mañana.

Un día y una hora que todos deberíamos conocer y que ninguno jamás deberíamos olvidar porque -aunque en otro uso horario- justo ahora hace 69 años de la más atroz de las decisiones jamás tomadas en la historia de la humanidad: lanzar la bomba atómica sobre Hiroshima.

En lo que usted tarda en leer esta frase los Estados Unidos mataron a 80.000 personas inocentes. En lo que tardaría en leer este blog ya habrían muerto 140.000. Hoy los efectos continúan.

Cuando uno llega a Hiroshima desde una ciudad milenaria como Kyoto lo que nota al bajarse del Shinkansen y montarse en el travía es que es una ciudad nueva. Una ciudad que hoy cumple 69 años y en la que viven algo más de un millón de personas. Una ciudad moderna y vital. Pero, sobre todo, una ciudad de la Paz.

La enorme avenida que atraviesa Hiroshima de Oeste a Este es el bulevar de la Paz que tiene su punto culminante en el Parque Conmemorativo de la Paz. Sin duda uno de los lugares del mundo que pueden poner los pelos como escarpias al más insensible.

Este parque es un conjunto de edificios, jardines y monumentos dedicados al recuerdo de las miles de personas que fueron salvajemente asesinadas para justificar de cara a la opinión pública norteamericana el dispendio económico que fue el Proyecto Manhattan.

Si usted viene por el mencionado bulevar, atravesará uno de los puentes existentes sobre el río Motoyasu y se encontrará a modo de pantalla el magnífico edificio de Kenzo Tange que alberga el museo y al que volveremos más tarde.

El museo de Kenzo Tange. Volveremos en un rato luz10 pedro ivan ramos martin hiroshima

El museo de Kenzo Tange. Volveremos en un rato

Como ya les había comentado en otras ocasiones, los japoneses son un pueblo tremendamente ceremonial y protocolario y de alguna manera, en realidad de todas las maneras, esto se refleja en toda la intervención de la que vamos a hablar. Si se sitúa en el centro de la fuente que precede al edificio de Tange y lo pasa por debajo, se encontrará recorriendo un eje que una vez superado dicho edificio hará que un escalofrío le recorra el espinazo. Pero debe seguir avanzando porque esto no ha hecho sino comenzar.

Pasemos por debajo el museo y enfrentémonos al eje. hiroshima luz10 pedro ivan ramos martin

Pasemos por debajo el museo y enfrentémonos al eje.

El visitante se enfrenta a una visual en línea recta que atraviesa el cenotafio, rasga el estanque pasa por la llama de la paz, continúa por el monumento a los niños y termina en la Cúpula de Genbaku. Una visión que hiela la sangre.

Recorramos el eje hiroshima luz10 pedro ivan ramos martin

Recorramos el eje

A estas alturas si usted es mínimamente sensible tendrá un nudo en el estómago que dificilmente le permitirá articular palabra. Pero ha de seguir avanzando. Recorriendo en silencio el eje llegaremos a una escalinata que nos dejará a los pies del cenotafio en memoria de todos los asesinados aquel día.

 

Ante nosotros, el cenotafio hiperbólico hiroshima luz10 pedro ivan ramos martin

Ante nosotros, el cenotafio hiperbólico

Esta pieza es un paraboloide hiperbólico que recoge el nombre de todos ellos acogiendo su memoria bajo la forma de un tradicional haniwa funerario. Bajo una leve lámina de agua se sitúa una placa metálica en la que se puede leer -quien sepa japonés, claro- algo así como «por favor, descansad en paz para que no volvamos a repetir el error» aunque también se colocaron otras en distintos idiomas y la traducción varía levemente pues la versión japonesa podría herir ciertas sensibilidades al añadir un sentido de culpabilidad en quien lo lee siendo la inglesa, por ejemplo, «left all the souls here rest in peace for we shall not repeat the evil» o la italiana «che tutte le anime restino qui in peace affinche non si ripeta questo malvagio»

No volvamos a cometer el error. hiroshima luz10 pedro ivan ramos martin

No volvamos a cometer el error.

El cenotafio se encuentra en un estanque rectangular de aguas perfectamente tranquilas que actúan de vibrante espejo al final del cual está la llama de la paz. Esta llama no se apagará mientras sigan existiendo armas nucleares en el mundo. De momento todo parece indicar que seguirá luciendo muchos años ya que, por desgracia, el ser humano es idiota.

El eje, vista en escorzo. hiroshima luz10 pedro ivan ramos martin

El eje, vista en escorzo.

Un espejo vibrante luz10 hiroshima pedro ivan ramos martin

Un espejo vibrante

A continuación lo que nos encontraremos es el monumento a los niños, basado en la historia de Sadako Sasaki que era una niña de Hiroshima que en el momento de la explosión tenía 2 años. Pareció sobrevivir sin problemas y sin secuelas pero 10 años después Sadako fue diagnosticada con una leucemia originada por su exposición a la radiación de la bomba.

Durante su estancia en el hospital comenzó a hacer grullas de origami con todo lo que encontraba, desde pequeños trozos de papel hasta las etiquetas de los medicamentos pues una tradición japonesa dice que a quien pliega mil grullas de papel los dioses le conceden un deseo. El deseo de Sadako era vencer a la enfermedad pero murió cuando apenas había completado 644 grullas. Sus compañeros de clase y amigos completaron las grullas que Sadako no pudo terminar y tres años después de su muerte consiguieron, con el apoyo de 3100 escuelas  japonesas y las aportaciones de otros 9 países el dinero necesario para erigir el monumento, también llamado de las mil grullas.

Las mil grullas. Un grito por la paz. luz10 pedro ivan ramos martin

Las mil grullas. Un grito por la paz.

Bajo sus tres patas y labrado sobre mármol negro usted encontrará la siguiente inscripción:  これはぼくらの叫びです これは私たちの祈りです 世界に平和をきずくための Éste es nuestro grito. Ésta es nuestra oración para conseguir la paz en el mundo.

Colegios de todo Japón se desplazan hasta este punto con miles de grullas de papel para hacer entrega de las mismas en un llamamiento a la paz mundial. Cuando servidor de ustedes estaba por allí se le acercaron unos niños que le invitaron a plegar una grulla siguiendo sus pasos. Esa grulla, junto con las que plegasen otros cientos de personas anónimas de todos los rincones del mundo iría a formar parte de un mural realizado con grullas de distintos colores -los niños indicaban entusiastas cuál era la posición que ocuparía esa pequeña y chapucera grulla azul que realicé en su magnífico mural-. Un mural que hoy estará a punto de ser entregado a los pies del monumento a Sadako Sasaki.

Hoy, como hace 57 años, niños y grullas por la paz luz10 hiroshima pedro ivan ramos martin

Hoy, como hace 57 años, niños y grullas por la paz

Pero esto aún no ha terminado aquí. Si mira al frente, el intrépido viajero contemplará la Cúpula de la Bomba Atómica. Un edificio de hormigón declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el que se puede ver la huella de la bomba y que sobrevivió a la misma gracias a que al encontrarse prácticamente en la vertical de hipocentro de la explosión no fue arrasado por las brutales fuerzas laterales provocadas por la descomunal onda expansiva recibiendo el impacto desde arriba. Todos los forjados desaparecieron en el momento de la explosión pero la estructura y la cimentación lograron soportar el impacto. Una vez más nos encontramos ante un llamamiento desgarrador a la paz.

Nunca olvidar lo que pasó para no repetirlo jamás luz10 hiroshima pedro ivan ramos martin

Nunca olvidar lo que pasó para no repetirlo jamás

Pero el ser humano es idiota y no ha aprendido demasiado. No ha aprendido nada. Y a usted, mi querido lector, ahora que ya va entrando en situación le queda por conocer lo más sobrecogedor de Hiroshima: el museo.

Volvamos al punto de partida luz10 museo kenzo tange pedro ivan ramos martin hiroshima

Volvamos al punto de partida

Como les comentaba al inicio de esta entrada, lo primero con lo que nos encontramos al llegar al Parque de la Paz es el edificio proyectado por el maestro Kenzo Tange que alberga el museo -de hecho, toda la intervención del parque es suya-. Usted es libre de visitarlo antes que cualquier otra cosa, pero le advierto que lo que va a encontrar ahí dentro le va a conmover de tal forma que quizás sea más sensato ir entrando poco a poco en la historia de esta barbaridad, como si de un Onsen se tratase.

recorremos el camino andado museo hiroshima kenzo tange luz10 pedro ivan ramos martin

recorremos el camino andado

Y digo que el museo es algo que le va a conmover como muy pocas cosas lo harán en su vida porque lo que hay dentro es la cruda verdad de lo que pasó en Hiroshima, sin ambages ni paños calientes.

La entrada tiene un precio simbólico de apenas 30 céntimos de euro si no recuerdo mal. Pero si quiere vivir de verdad todo lo que se le ofrece, si usted aceptaría la pastilla roja, entonces debe alquilar una audioguía lo cual le supondrá menos de lo que cuesta una caña.

8:15 am. La hora del horror hiroshima luz10 pedro ivan ramos martin

8:15 am. La hora del horror

El museo tiene tres partes clarísimamente diferenciadas. En la primera, que ocupa la planta baja, se le explica al visitante todo lo que llevó a que los Estados Unidos decidiesen que era una fantástica idea arrojar una bomba atómica sobre una población como Hiroshima. Descubrirá que en un principio incluso Kyoto se barajó como posible objetivo y que, en el fondo, todo era para que los políticos – Harry S. Truman era el muy honorable presidente de los EEUU en ese momento- pudieran justificar el disparate económico que supuso el Proyecto Manhattan de cara a la opinión pública estadounidense y para dejarle claro a los rusos quién cortaba el bacalao.

Una imagen que lo dice todo luz10 hiroshima enola gay pedro ivan ramos martin

Una imagen que lo dice todo

Se exponen datos, se exponen documentos, se cuenta la historia de una ciudad llena de civiles y que no había sido bombardeada durante la guerra para poder comprobar mejor la capacidad destructiva de la bomba; se explica la situación de derrota absulta de Japón en aquel momento, antes del bombardeo, y el visitante descubre que aquello, sencillamente, fue un capricho estúpido, un demostrar quién la tiene más grande, algo atroz que no tenía que haber ocurrido jamás.

Hiroshima. 6 de Agosto de 1945 a las 8:14 am. luz10 pedro ivan ramos martin

Hiroshima. 6 de Agosto de 1945 a las 8:14 am.

También se habla de cómo el Enola Gay (avión que los EEUU exponen orgullosamente en el museo nacional del aire y del espacio ) arrojó la bomba llamada Little boy y cómo ésta explotó a 600 metros de altura y a tan solo unos metros del punto objetivo, que era el puente Aioi pero que daba igual pues arrasó todo. Recuerde: asesinando cobardemente a más de 140.000 personas que, simplemente, vivían allí.

Hiroshima. 6 de Agosto de 1945 8:16 am. luz10 pedro ivan ramos martin

Hiroshima. 6 de Agosto de 1945 8:16 am.

Antes de subir a la primera planta veremos una reproducción de las cartas que el alcalde de Hiroshima envía, desde hace décadas, a cada uno de los responsables de cuantos ensayos nucleares hay en el mundo condenando ese tipo de actos y pidiendo que cesen inmediatamente.

Más de 600 cartas exigiendo el fin de los ensayos nucleares. Sin éxito. luz10 hiroshima pedro ivan ramos martin

Más de 600 cartas exigiendo el fin de los ensayos nucleares. Sin éxito.

Como se puede ver un buen número de ellas -las últimas- van dirigidas a Mr. Barack Obama, premio Nobel de la Paz. Lo dicho, el ser humano es idiota.

Barack Obama, premio Nobel de la Paz: el ser humano es idiota. luz10 hiroshima pedro ivan ramos martin

Barack Obama, premio Nobel de la Paz: el ser humano es idiota.

Para no aburrirle con detalles, le contaré que a lo largo del recorrido por el museo usted conocerá mejor lo que era Hiroshima y conocerá mucho mejor lo que representa el armamento nuclear. Se estremecerá cuando uno de los audiovisuales le cuestione si el mundo tiene la sabiduría necesaria para disponer de armas nucleares -recuerde, hemos comprobado que el ser humano es idiota- y se le erizará el vello cuando descubra que se han probado bombas de hidrógeno con un poder de destrucción más de 17 veces mayor que TODO el armamento empleado en la II Guerra Mundial.

Poco después llegará a la tienda del museo y pensará que soy un tanto exagerado al advertirle de lo que se iba a encontrar ahí dentro y que, en el fondo, ha sido un poco más light de lo que imaginaba. Seguramente esto se deba a un pequeño detalle: el museo no termina en la tienda.

Tras la tienda, el museo continúa. pedro ivan ramos martin luz10 hiroshima

Tras la tienda, el museo continúa.

De hecho, hasta ahora usted ha estado en un museo en el que aunque se haya indignado muchísimo y aunque ya haya pasado por un cúmulo bastante importante de sensaciones no ha dejado de ser bastante aséptico. Pero todo eso cambia radicalmente pues lo que nos espera es la cruda realidad de lo que allí pasó.

Es un recorrido que comienza en el mismo hipocentro de la explosión.

Un segundo después de detonar y en un radio de poco más de 200 metros la temperatura llegó al millón de grados centígrados. Esa bola de fuego se expandió provocando vientos de más de 1.000 km/h a 5000º C. La devastación en un radio de 2 km fue total aniquilando toda forma de vida de manera instantánea. En un radio de 3 km se encontraron los primeros supervivientes que vagaban horriblemente abrasados. La mayoría de ellos murieron en los días posteriores víctimas de horribles quemaduras sin saber qué demonios había pasado.

La bomba reventó los cristales de las casas hasta un radio de 8 km, convirtiéndolos en metralla asesina que cercenó la vida de miles de personas y que mutiló terriblemente a decenas de miles. Pero al efecto devastador de la bomba se le unía el de la terrible radiactividad que continuó matando a miles de personas y provocando tremendas malformaciones en generaciones enteras.

A partir de un radio de 3km empezó a haber supervivientes. Abrasados y cegados murieron poco después hiroshima luz10 pedro ivan ramos martin

A partir de un radio de 3km empezó a haber supervivientes. Abrasados y cegados murieron poco después

La devastación fue total luz10 hiroshima pedro ivan ramos martin

La devastación fue total

30 minutos después de la explosión comenzó la lluvia negra radiactiva. luz10 hiroshima pedro ivan ramos

30 minutos después de la explosión comenzó la lluvia negra radiactiva.

Sadako sólo consiguió completar 644 grullas. luz10 pedro ivan ramos martin hiroshima

Sadako sólo consiguió completar 644 grullas.

Todo esto y bastante más lo podrá ver usted en el museo. Todo le será narrado con la crudeza de la realidad. Conocerá el nombre y apellidos de algunos que tuvieron la mala suerte de estar lo suficientemente lejos del hipocentro como para sobrevivir. Conocerá sus historias, verá sus fotografías, les verá en el hospital abrasados. Sentirá una ínfima parte de la angustia de aquel día negro y le desbordará. Maldecirá y odiará al género humano por ser capaz de semejante barbarie, apretará los dientes hasta casi reventárselos tratando de evitar derramar alguna lágrima aunque quizás no lo consiga; sentirá, en definitiva, vergüenza y asco al sentirse un igual al más vil, despiadado e infame ser que pisa la Tierra: el hombre.

Decían que ninguna planta podría nacer en el terreno asolado en, al menos 75 años. Se equivocaron. hiroshima luz10 pedro ivan ramos martin

Decían que ninguna planta podría nacer en el terreno asolado en, al menos 75 años. Se equivocaron.

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Piense en lo que una vez Yosi escribió para una de sus más brutales canciones que por evidente, acongoja: No hay guerras sin muertos, las armas se hacen solo para matar.

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Si tienen un momento, repasen la letra de Ourense Bosnia.

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La salvajada que supuso tirar una bomba atómica sobre una población como Hiroshima, en mi opinión, está a la altura del Holocausto nazi o de lo que estamos contemplando ahora mismo en vivo y en directo -y sin mover un dedo- en Gaza. Esto nos demuestra que el género humano dista mucho de lo racional que se le presupone -y muchísimo de lo de inteligente-, que no aprendemos nada de nada y que unos por acción y otros por omisión, todos tenemos nuestra parte de culpa de que así sea. Deberíamos pensar en ello. Pero no lo haremos.

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El ser humano es idiota.

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Construyan una grulla de papel.

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Quizás me he salido un tanto de la temática del blog, pero a estas alturas no creo que se me asusten.

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En la próxima escala iremos al Mar Interior buscando algo de paz también interior. Falta (me) hace.

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Efectivamente, usted puede usar cuantas imágenes salen en esta entrada. Todas han sido realizadas por su fiel y seguro servidor  © Pedro Iván Ramos Martín. Citen su procedencia, no lo olviden.

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Comparta luz10, lea un par de veces cada entrada y descubrirá guiños impensables, haga comentarios, critique o alabe… pero haga algo.

 

6 thoughts on “Seis de Agosto. ocho horas, quince minutos.

  1. Me ha conmovido. Y saco la misma conclusión, aunque ya la sabía: el ser humano es idiota.
    Gracias por contar tu experiencia, Pedro.

    • Gracias por tu comentario, Juan. Es muy difícil transmitir lo que se siente visitando Hiroshima. No tiene nada que ver con nada, es sobrecogedor.

  2. Ya sabes quien soy. El día 15 tengo reservado un viaje a Auschwitz desde Cracovia. Aunque no creo que sea capaz de contar lo que vea allí igual que tú aquello que has visto en Hiroshima.

    • En estos casos no creo que se pueda decir lo de «disfruta de Auschwitz» pero está claro que el paralelismo con Hiroshima es evidente.
      Son lugares que todo palurdo que apoye o fomente una guerra debería visitar a ver si se le pasa la tontería.
      Disfruta del viaje 😉

  3. Gracias Pedro por compartir esta descripción de la plaza y el museo en hiroshima, realmente, es necesario que se de a conocer las consecuencias de la guerra, donde quiera que se encuentre esta; recordar que en la guerra no existen héroes solo victimas.

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