Villa Imperial Katsura bajo la lluvia. luz10

Lágrimas en la lluvia

Aquí me tienen, metido en una lata alada con varias toneladas de queroseno debajo del culo a 7.648 km de Roma (donde si todo va bien haremos escala antes de ir definitivamente a Madrid), a 9.710 m de altitud sobre algún punto de Asia y propulsado a la nada despreciable velocidad de 948 km/h. Temperatura exterior, -52ºC. Esto es: estoy alejándome como alma que lleva el diablo de la Terminal 1 de Narita… Aunque a punto he estado de quedarme en tierra, pero esa es una historia que me reservo para contarla una noche de jueves en el rincón habitual, con la compañía adecuada y con una cerveza en la mano, que, por cierto, casi seguro no será Sapporo, Kirin ni Asahi.
Si. Hoy toca post japonés.

Verán, lo primero que deben saber es que los nipones son buena gente, pero muy raritos. Para un occidental poner un pie en el País del Sol Naciente supone toda una experiencia. Si es buena o mala dependerá de cómo de dura tenga la testuz y su facilidad para abrir la mente a una manera completamente diferente de entender la vida.

Bienvenido a Japón. luz10. pedro ivan ramos

Bienvenido a Japón.

Todo viaje que sea digno de denominarse cómo tal debe tomarse así, como una experiencia vital. Por muy respetable que sea el hecho de irse un par de semanitas a Torremolinos a torreznizarse bajo el sol, servidor necesita casi como el respirar el salir de la burbuja habitual en la que vive, en la que todos vivimos más o menos confortablemente para entrar en ese estado de estar un poco -o un mucho- perdido, lejos de todo lo conocido y en el que comunicarse con quienes le rodean no sea precisamente una tarea fácil.

Todo clarísimo. luz10. pedro ivan ramos

Todo clarísimo.

En Japón se dan más que de sobra todos esos preceptos, así que parece un buen lugar que descubrir.

Me va a consentir usted, mi permisivo lector, que en el post de hoy no le cuente apenas nada. Cuatro pensamientos y algunas fotos.
Y es que éste ha de considerarse el prólogo a lo que vendrá después que, supongo, serán unas reflexiones -o no- sobre lo vivido estos días entre Kyoto, Hiroshima y Tokyo.

mientras tanto, en algún lugar de Kyoto

mientras tanto, en algún lugar de Kyoto

Va por ustedes:

Hiroshima, ciudad de la Paz. luz10, pedro ivan ramos

Hiroshima, ciudad de la Paz.

Lo primero que llama la atención es que los nipones, tras ese rictus de sospecha permanente, son terriblemente educados y que todos sus actos se rigen por un cuidado protocolo. Desde los saludos y las reverencias a la sutil manera que tienen de entregarte algo. Esto para un gañán de provincias es sorprendente y cautivador. Uno empieza a analizarlo todo y a comprenderlo, dentro de lo que cabe, más o menos bien ya que todo tiene un porqué.

Villa Imperial Katsura o cómo tomar el te molando (mucho). luz10, pedro ivan ramos

Villa Imperial Katsura o cómo tomar el te molando (mucho)

Podría decir que Japón es la delicadeza del ser humano llevada a su extremo. Pero, claro, como ustedes saben la línea que separa el bien del mal, la genialidad de la locura, lo elegante de lo hortera… o lo bello de lo bestia, es delicada y quebradiza como el papel de arroz. Y los inventores del origami, de la ceremonia del te o de los Karesansui, también son los inventores de los panchiko, de los karaokes y, qué demonios, de Tokyo.

Tragaperras nipón. luz10, pedro ivan ramos

Tragaperras nipón

Tokyo.

Shibuya. Nada que añadir. luz10, pedro ivan ramos

Shibuya. Nada que añadir.

En un post de hace tiempo les decía algo así como que Roma es una ciudad medicinal, Berlín eléctrica y ahora añado que Tokyo es como tratar de cabalgar sobre un río de lava incandescente a lomos de Godzilla cabreado.

Decir que Tokyo es la mayor megametrópolis que el más loco, genial y disparatado de los seres humanos sería capaz de imaginar es quedarse en una ridícula aproximación. Tokyo va más allá de lo que usted o yo podamos concebir antes de visitar esta ciudad. Un conglomerado de más de catorce millones de almas y lugares tan imposibles cómo Shinjuku, Akihabara o Shibuya que parecen extraídos directamente de Blade Runner -aunque con toda seguridad habrá sido al revés- hasta tal punto que uno teme continuamente que Harrison Ford le confunda con un Nexus 6 cualquiera y le meta en un lío por replicante.

Linea Yamanote. La alegría de vivir. luz10, pedro ivan ramos

Linea Yamanote. La alegría de vivir

Claro que meterse en líos es lo que le da sentido a la vida. De hecho, es posible que esa sea una de mis grandes capacidades: meterme en líos. Tirarme de cabeza a todos y cada uno de los charcos que se me ponen delante y unas veces con mayor fortuna que otras, salir de ellos más o menos dignamente.

Metiéndome en charcos, esta vez, Shinjuku. luz10, pedro ivan ramos

Metiéndome en charcos, esta vez, Shinjuku.

Por eso hoy , si me lo permiten, les daré un consejo – aunque seguramente lo más sensato sería no hacerme mucho caso-: métase en un berenjenal, salga de él y algo habrá aprendido.

O lo que es lo mismo: bájese del Shinkansen en la estación de Tokyo, enlace con la línea Yamanote hasta Shinjuku para buscar en Kabikucho su hotel cápsula a eso de las 00:37h. Cuando se haya sentido como Paco Martínez Soria elevado a la enésima potencia habrá aprendido lo poca cosa que es usted y todo lo que le queda por aprender de esta vida. Disfrute de esta sensación y busque con ahínco nuevos líos porque no se confunda, ya nos lo decía Roy Batty:

I’ve seen things you people wouldn’t believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched c-beams glitter in the dark near the Tannhäuser Gate. All those moments will be lost in time, like tears in rain. Time to die.

Si prefieren la versión con la inconfundible voz del añorado Constantino Romero:

 

Así acabarán todas nuestras vivencias, perdidas como lágrimas en la lluvia, pero serán solo nuestras.
Aprovéchense de la experiencia única de estar vivos, disfruten lo más que puedan ahora que están despiertos… porque luego van a pasar bastante tiempo muertos.
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El final de esta entrada es un homenaje al mejor grupo de la historia.

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Prepárense para unos post de ojos rasgados.

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Cómo no, un texto  y fotos originales de su fiel y seguro servidor © Pedro Iván Ramos Martín. Usenlas si quieren, pero citen su procedencia, que uno se ha chupado un par de viajecitos de 20 horas para hacerlas.

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Difundan los post de Luz10 como si fueran grullas de papel. Así lograrán el equilibrio zen.

2 thoughts on “Lágrimas en la lluvia

  1. En nuestros viajes, especialmente cuando la familia eramos solo dos, siempre había algún día que acabábamos, como dice mi chica, «yendo por los atrases», ir por el otro lado, por la otra dirección, por el otro camino, por las traseras de los edificios.
    Muchas veces solo se saca el zapato sucio, unas risas o el pantalón roto pero de vez en cuando puedes ver algo estupendo, especialmente en las ciudades muy turísticas, perderse en Venecia, ir a la derecha cuando todo el mundo va a la izquierda, entran en un bareto y pedir sin saber qué pides.
    A fin de cuentas, habiendo google maps uno viaja para poder hacer lo contrario.

    • Gracias por comentar, Kike.
      La verdad es que para eso uno viaja, para poder decir (aunque no sea del todo cierto) «me he perdido»…

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