miyajima luz10 pedro ivan ramos martin

I n n e r peace

Un día les tendría que contar mi loca y peculiar manera de ver la vida. Creo que cada vez me voy alejando más de lo comunmente establecido y aceptado por la mayoría. Será que soy raro, supongo. O que tiendo a simplificar. Pero no empecemos divagando, eso será otro día y quizás en otro lugar poque en luz10 seguimos, por fin, viajando por Japón. Si en la entrada de Kyoto le robábamos el título a un libro de Le Corbusier, hoy hacemos lo propio con el de este hipnótico y caleidoscópico tumblr. -Al fondo de la sala un par de personas se llevan las manos a la cabeza- Compréndanlo y no se alarmen: hoy el periplo nipón llega al mar Interior de Seto, en concreto a la isla sagrada de Itsukushima a.k.a.  Miyajima. Era una licencia necesaria.

Llegar a Miyajima desde Hiroshima es tremendamente fácil: tren JR hasta Miyajimaguchi y ferry JR hasta la isla. Sencillo. Sin pérdida posible. Fácil. Bien.

Pues embarquemos.

Miyajima luz10 pedro ivan ramos martin

La que espera, desespera…

Según se acerca la embarcación a la isla la muchedumbre enfervorecida se agolpa para ver y fotografiar y señalar y soprenderse muchísimo y chillar y volver a señalar el imponente Torii que precede al santuario de  Itsukushima. En mi modesta opinión, una vez más el árbol no les deja ver el bosque. Si en lugar de pelear por un hueco libre para ver el Torii que luego se podrá ver -e incluso tocar- unos minutos después el viajero se dedica a contemplar el paisaje eso que habrá ganado.

Miyajima luz10 pedro ivan ramos martin

Un paisaje en capas

Japón es un país tremendamente montañoso y por su particular geografía y situación en esta inmensa y sideral pelota azul llena de agua pero llamada Tierra la vegetación lo cubre prácticamente todo. Así se puede contemplar una suerte de montañas con unas formas que parecen graciosamente dibujadas por una mano hábil forradas de un manto verde, denso y profundo. A esto añádase la bruma que acompaña la mayoría de los días en este país y tendrá el espectáculo visual de las montañas desdibujándose en la lejanía como si de una sucesión de capas se tratase. Mientras usted puede observar la maravillosa visión que la naturaleza le ofrece, el ferry llegará a una isla ultraturística.

En primer lugar será recibido por hordas de ciervos que no tendrán otra idea mejor que devorar un mapa, una guía de viaje o una Moleskine. No se deje confundir por su apariencia: parecen Bambi pero son como un pitbull. Una vez que hacen presa en su plano de Miyajima por mucho que luche contra ellos con fuerza indómita no lo soltarán hasta habérselo comido por completo mientras usted les mira entre enfadado y sorprendido. Con cara de pez. Se lo digo yo.

Bien, una vez sorteado el primer obstáculo con forma de rumiante impertinente podrá llegar al Torii gigante y, con suerte, lo verá rodeado de agua, que es lo suyo. También podrá ver con la algarabía que provocan cientos de molestos turistas el ya mencionado santuario de Itsukushima. Que está muy bien ahí, elevado sobre pilotis levitando sobre el mar en un marco incomparable y todo eso. Pero, ay, los turistas. Ay, ay. No los soporto.

Es lo que parece: un Torii gigante rodeado de agua. miyajima luz10 pedro ivan ramos martin

Es lo que parece: un Torii gigante rodeado de agua.

Cuando algo se convierte en una atracción de feria para que cientos de turistas embobados que no saben qué tienen delante de las narices pero lo ven porque hay que verlo para servidor de ustedes pierde todo su encanto y prácticamente todo su posible interés. En fin, que se recorre, se tiran unas fotos y uno alza la mirada hacia el monte -ya saben hacia dónde tira, perennemente, la cabra- y descubre una flecha que pone algo así como Monte Misen, ruta Daisho In. Poca gente va por allí: bien. Perfecto.

El monte, la cabra... miyajima luz10 pedro ivan ramos martin

El monte, la cabra…

No muy lejos del foco principal del turisteo comienza una rampa que lleva a un conjunto de edificaciones que no son otra cosa que el Daisho In. Hay muchas escaleras y cilindros y campanones enormes y edificios y fuentes y esas campanitas de cristal que hacen un ruidito encandilador -a los japoneses les encantan los ruiditos- y budas cabezones y lugares de recogimiento espiritual y una cueva y un fuego sagrado. Lo que viene a ser un complejo de templo budista de los de toda la vida revisado, ampliado y desparramado por la ladera del monte.

Los japoneses, muy de ruiditos ellos... miyajima luz10 pedro ivan ramos martin

Los japoneses, muy de ruiditos ellos…

farolillos a la japonesa miyajima luz10

Adelante con los faroles!

Pero aún queda gente, no mucha, aunque demasiada para un misántropo. Eso si, por la ruta del Monte Misen no parece que estén muy interesados así que si tiene a bien estar durante 3 km subiendo escaleras, no lo dude: ésta será una ocasión de oro.

Dese un capricho: hártese de subir escaleras

Dese un capricho: hártese de subir escaleras

Hay que tener en cuenta que en los meses más calurosos del verano hacer esta ruta puede tornarse en una experiencia que no olvidará y es posible que piense en la posibilidad de morir asfixiado y deshidratado en medio del bosque mientras visualiza los titulares.

BLOGUERO DE TRES AL CUARTO MUERE POR IDIOTA EN JAPÓN.

En mi caso no encontré mejor hora que las 2 de la tarde. Pero es que soy un personaje de gustos y costumbres peculiares, como ya habrán adivinado.

¿Hacia dónde llevan esas escaleras?  miyajima luz10 pedro ivan ramos martin

¿Hacia dónde llevan esas escaleras?

El adentrarse por el bosque mientras se suben los miles de escalones que jalonan el recorrido invita a pensar, quizás a buscar esa paz interior que daba título a la entrada. Al menos en mi caso es en estas situaciones cuando más pienso sobre lo divino y lo humano. De hecho creo que en alguna ruta ciclista de esas de cinco horas en solitario por las infinitas, rectísimas y tediosas carreteras de la estepa castellana he arreglado el mundo varias veces y de varias maneras diferentes a cual más imaginativa… Bueno, bien… no nos desviemos.

miyajima luz10 Esas escaleras llevan... hacia arriba!

Esas escaleras llevan… hacia arriba!

El lugar es espectacular. De vez en cuando se tiene ocasión de disfrutarlo desde pequeños miradores naturales -esto es, subirse a un peñasco que queda por encima de los árboles- y es una delicia, pero sin duda lo mejor es cuando, una vez superado el monte se puede ver el otro lado de la isla.

miyajima luz10 No lo dude, súbase a un peñasco

No lo dude, siempre que pueda súbase a un peñasco

Es entonces cuando podemos hacernos una idea del característico paisaje que nos brinda el mar interior de Seto.

miyajima luz10 Mar interior de Seto. Vista parcial.

Mar interior de Seto. Vista parcial.

A la secuencia de estratos que les comentaba antes se le une la presencia de pequeñas islas y uno se sorprende exclamando -o pensando para sus adentros, que en el fondo da lo mismo- «pero qué japonés es todo esto».

miyajima luz10 Pero qué japonés es todo esto pedro ivan ramos martin

Pero qué japonés es todo esto

Si les digo la verdad el plan era bajar con el funicular que desde cerca de la cima lleva hasta los pies del monte. Pero por cosas del Karma o por algo muy malo que debí hacer en otras vidas -en esta no creo-, el funicular estaba averiado así que tocó bajar andando. El caso es que a mi siempre me ha gustado más subir que bajar -se lo he dicho, soy rarito- pero en esta ocasión si no quería ser devorado por una manada de Bambis carnívoros y enloquecidos -¿nunca se han imaginado algo así?-, tocaba otra caminata escaleras abajo. Una vez más visualizaba los titulares:

ARQUITECTO INSENSATO ES ENGULLIDO POR RUMIANTES NIPONES ANTES DE ALCANZAR LA FAMA INTERNACIONAL.

Esta ruta es bastante más directa y sencilla que la del Daisho In.

miyajima luz10 El Karma, amigos... el karma. pedro ivan ramos martin

El Karma, amigos… el karma.

Con todo el pescado vendido, y con la mente puesta en el ferry de vuelta, el esforzado viajero podrá sentirse uno más entre los turistas al contemplar la pala de arroz más grande del mundo mientras se come una ostra gigante. Lo de la pala viene a ser una tontería bastante importante: ¿para qué demonios hicieron esa pala de arroz? ¿para Godzilla? ¿qúe sentido tiene?¿Godzilla come arroz?.

Lo cierto es que no podía dejar de mirar el madero y de pensar en el tamaño colosal que debía tener el árbol del que sacaron esa pala de arroz más grande del mundo de una sola pieza. Un árbol imponente que a buen seguro tendría un porte majestuoso y cientos de años. Todo para acabar convertido en pala de arroz. La más grande del mundo, eso si.

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Next stop: T O K Y O

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En lugares ultraturísticos como Miyajima o el Kyomizu Dera uno se pregunta qué lleva a la gente a visitar cosas que, en realidad no le interesan. No es que haya que ser Doctor en Arte Japonés para visitar Japón, pero verles allí con sus caras de ameba, sus calcetines y sus sandalias, su nulo interés, su falta de respeto, sus gritos,  sin importarles nada de nada salvo el hacerse la foto que todo el mundo se hace -y hacérsela mal, claro-  me llevaba a pensar continuamente «¿porqué?»

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Suban al monte Misen o monten en bicicleta durante horas. Así encontrarán la sabiduría y la paz interior. Y si no, aunque no sea lo mismo, entren en el tumblr que les decía al principio o en este otro. Ambos, canelita en rama.

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Por alguna razón al subir las fotos a wordpress se empastan las sombras y pierden todo detalle. Espero sepan perdonarme y se conformen con lo que ven. Es lo que hay.

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Subir y bajar al monte sagrado de la isla de Itsukushima es una experiencia notable. No obstante hay que ir y hacerlo para conseguir las fotos que su siempre humilde y fiel servidor © Pedro Iván Ramos Martín les muestra en esta entrada. Si quieren usarlas, háganlo, pero no olviden citar su origen.

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Ya saben: compartan, comenten, critiquen, griten y/o pataleen. Luz10 se lo agradecerá.

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